Entradas

Mostrando entradas de julio, 2010

6. LA LEY, LA LIBERTAD Y LA SOBERANÍA

Imagen
El hombre que ansía la libertad, la libertad completa, debe recordar que todos los demás hombres también la anhelan. Los grupos de mortales amantes de la libertad, no pueden convivir en paz a menos que los integrantes se sometan a leyes, normas y reglamentaciones que garanticen el mismo grado de libertad para cada uno de ellos, salvaguardando al mismo tiempo igual grado de libertad para todos sus semejantes. Si un hombre es absolutamente libre, entonces otro habrá de ser un esclavo absoluto. La relativa naturaleza de la libertad es verdadera, social, económica y políticamente. La libertad es el don de la civilización, hecho posible por el vigor de la LEY. La religión permite la realización espiritual de la fraternidad de los hombres, pero hace falta un gobierno humano que regule los problemas sociales, económicos y políticos, relacionados con ese objetivo de felicidad y eficiencia humanas. Habrá guerras y rumores de guerras —las naciones se alzarán unas contra otras— mie

5. LA SOBERANÍA POLÍTICA

Imagen
[Aunque la enseñanza del Maestro sobre la soberanía de Dios es una verdad — complicada solo por la subsiguiente aparición entre las religiones del mundo de la religión formada alrededor de su persona—, sus exposiciones sobre la soberanía política se vieron complicadas en gran manera por la evolución política de las divisiones nacionales durante los últimos mil novecientos y tantos años. En la época de Jesús había solamente dos grandes potencias mundiales: el Imperio Romano en el occidente, y el Imperio Han en el oriente, y estaban ampliamente separados por el reino de la Partia y otras tierras intermedias de las regiones caspiana y turquestaní. Por lo tanto, en la siguiente presentación nos hemos apartado aun más de la substancia de las enseñanzas del Maestro en Urmia relativas a la soberanía política, intentando al mismo tiempo describir la esencia de dichas enseñanzas en la medida en que sean aplicables a la etapa especialmente crítica de la evolución de la soberanía política en

4. LA SOBERANÍA —DIVINA Y HUMANA

Imagen
La fraternidad de los hombres está basada en la paternidad de Dios. La familia de Dios se deriva del amor de Dios —Dios es amor. Dios el Padre ama a sus hijos con un amor divino, a todos ellos. El reino del cielo, el gobierno divino, se basa en el hecho de la soberanía divina: Dios es espíritu. Puesto que Dios es espíritu, este reino es espiritual. El reino del cielo no es material ni meramente intelectual; es un enlace espiritual entre Dios y el hombre. Si las diferentes religiones reconocen la soberanía espiritual de Dios el Padre, todas estas religiones permanecerán en paz. Sólo cuando una religión supone que es, de alguna manera, superior a todas las otras y que posee autoridad exclusiva sobre las otras, dicha religión resulta ser intolerante con las otras religiones o se atreve a perseguir otros creyentes religiosos. La paz religiosa —la fraternidad— no puede existir a menos que todas las religiones estén dispuestas a despojarse completamente de toda autoridad ecles